
Tras ver los cuatro primeros episodios de Timeless, me parece el momento adecuado para hacer una crítica a la serie que vaya más allá de las polémicas con El Ministerio del Tiempo. Se minimizarán los spoilers, pero alguno hay.
Timeless es una serie con un presupuesto muy superior al de MdT, y eso se nota, sobre todo en los sets, más amplios y con muchos más extras. Los efectos digitales, curiosamente, no están a la altura. Por ejemplo, en el Hindenburg, como decía Enjuto Mojamuto, se nota el pixel. Y así con casi todo el CGI.
A diferencia de MdT, que plantea un cambio de tono en cada episodio (comedia, terror, aventura), Timeless es un procedimental al uso. Esencialmente, los villanos viajan al pasado a hacer alguna maldad, los protagonistas les siguen, hay una escena en la que se nos recuerda que los malosos tienen motivaciones (como si eso fuera algo especial) se enfrentan con ellos en una escena de acción, y les derrotan, pero a medias, por lo que el pasado cambia un poco. Al final hay otra escena que nos recuerda que hay una trama de fondo. Repítase en cada episodio.
Y esa trama de fondo ¿existe? Lo cierto es que no, y ese es uno de los problemas de la serie. Hasta ahora es un mero mcguffin para que la serie progrese. Sin entrar en detalles, es esencialmente la misma que vimos en MdT, con Lola Mendieta diciendo que los buenos son ellos, y los protagonistas son unos empanaos.
La acción y la mejora de presupuesto arregla dos de los problemas más importantes de MdT, pero a cambio pierde muchas de las virtudes de la serie española: humor y personajes con carisma.
Timeless es una serie de acción sin un contrapunto de humor. Pero es que para que haya humor tiene que haber una interacción entre los personajes, y todos, héroes o villanos, son más planos que el papel de fumar. Eso si, tienen mucha angustia interna, una angustia sosa. No sabemos prácticamente nada de ellos, no hay forma de empatizar con tanto intensito sin pasado.
Eso es Timeless: un procedimental soso y predecible, de acción ramplona, con personajes planos y tristes y sin la más mínima pizca de humor para aligerarlo.
Mejor que no se llame El Ministerio del Tiempo USA. No se lo merece.